Friday, September 13, 2019

CUESTIONAMIENTOS A LA DIÁSPORA CUBANA – II

RESUMEN DE “ASPECTOS NEGATIVOS Y/O CONTRADICTORIOS”
QUE SE AFIRMAN DELSISTEMA DE ÓSHA-IFÁ DE CUBA, SEGÚN
LA EXPOSICIÓN PRESENTADA EN EL SITIO VIRTUAL: YORUBAWEB
01. Ponen en duda la moral de algunos oríshas.
02. Empleo frecuente de trabajos de magia y brujería.
03. Sustitución de la lengua yoruba por una jerga sagrada.
04. Falsos conceptos sobre el bien y el mal.
05. Se practica una liturgia injustificadamente compleja.
06. Se llega al barbarismo en los holocaustos.
07. Abuso de una parafernalia litúrgica innecesaria.
08. Asiento de Ósha incompleto.
09. Entrega indiscriminada de fundamentos Orísha.
10. Falso concepto sobre la dirección de los rituales.
11. Espera innecesaria de tres días para proceder a Itá.
12. Intransigencia fanática en el uso de las plantas.
13. Atentados frecuentes contra la salud pública.
UNA OBSERVACIÓN PRELIMINAR
En este documento presentado por el sitio virtual: Yorubaweb, aún desde antes de examinar sus planteamientos, se descubre una animosidad predispuesta contra la Diáspora cubana.
¿Por qué?
Porque el documento se titula: 13 DIFERENCIAS DE CULTO ENTRE EL YORUBA Y LA SANTERIA
Sin embargo, cada uno de los trece apartados en que se desglosa este documento, no tiene un título que marque el aspecto comparativo entre el sistema tradicionalista y el sistema de la Diáspora, lo que era de esperar de un documento que se titula: 13 DIFERENCIAS DE CULTO ENTRE EL YORUBA Y LA SANTERIA.
Pero no, cada uno de los trece apartados en que se desglosa este documento tiene un título que hace referencia explícitamente a una crítica a la Diáspora.
CUESTIONAMIENTO
No.1: PONEN EN DUDA LA MORAL DE ALGUNOS ORÍSHAS
Dice el texto en su primer señalamiento al sistema de cultos de la Diáspora cubana:
El acerbo mitológico presentado en forma de poesía, refranes y patakíes, paradójicamente constituye el arma ideológica principal de la mayoría de los sincretismos yoruba-católicos, tal y como también lo ha sido en yoruba.
Ello indica que los subsistemas religiosos afro-americanos aún no logran la necesaria transición del mito al logos, o sea, el paso de la leyenda y/o la fábula fantasiosa a la actuación racional, basada en elementos más objetivos y acordes con los principios lógicos, éticos y/o morales que rigen la mayoría de las sociedades civilizadas actuales.
Y en esas primeras líneas nuevamente se descubre una animosidad predispuesta contra la Diáspora cubana.
¿Por qué?
Porque se reconoce que el acerbo mitológico es básico en el cuerpo de tradiciones de la Diáspora, así como en la Religión Yoruba Tradicional.
El acerbo mitológico presentado en forma de poesía, refranes y patakíes, paradójicamente constituye el arma ideológica principal de la mayoría de los sincretismos yoruba-católicos, tal y como también lo ha sido en yoruba.
Y se dice que ello indica que la Diáspora no logra ubicarse en la realidad objetiva del contexto histórico actual.
Ello indica que los subsistemas religiosos afro-americanos aún no logran la necesaria transición del mito al logos, (...)
O sea, no obstante reconocerse que el elemento del acerbo mitológico es común a ambos: a la Diáspora y al Tradicionalismo, se concluye que esto es un indicador de limitación o de inconveniencia, pero no de ambos, sino únicamente de la Diáspora.
El acerbo mitológico presentado en forma de poesía, refranes y patakíes, paradójicamente constituye el arma ideológica principal de la mayoría de los sincretismos yoruba-católicos, tal y como también lo ha sido en yoruba.
Ello indica que los subsistemas religiosos afro-americanos aún no logran la necesaria transición del mito al logos, o sea, el paso de la leyenda y/o la fábula fantasiosa a la actuación racional, basada en elementos más objetivos y acordes con los principios lógicos, éticos y/o morales que rigen la mayoría de las sociedades civilizadas actuales.
2 (...)
Resultan repulsivas las leyendas mitológicas que se repiten incesantemente dentro del seno de algunos sincretismos, las que inmiscuyen constantemente a los Orisas en actos impuros, violentos, incestuosos, amorales y vergonzosos de toda ralea, como son los casos de un Obatalá irresponsable capaz de emborracharse con vino de palma en pleno cumplimiento de su labor creadora, cuya negligencia -entre otras-, trajo como resultado las imperfecciones físicas y mentales de los seres humanos. Un sanguinario y diabólico Ogún cortando cabezas a diestra y siniestra, masacrando desmedidamente a pueblos enteros disfrutando del genocidio y del olor de la sangre de sus víctimas. Otra inmoral faceta del mismo Orisa intentando violar a su madre Yemú o Yembó, traicionando a su vez, a su padre Obatalá. Los hermanos Sangó y Ogún combatiendo eternamente a muerte por el amor de una mujer, su hermana Oyá. Un Orunmila sectario e injusto decretando el cese de los sacrificios humanos porque un día le correspondió el turno a Él de perder la vida de una hija suya por medio del sacrificio. Sangó haciendo el amor con sus hermanas Osún y Oyá. El Orisa Obi despreciando a los pobres y miserables de la Tierra. Un demoniaco Esu cuyas maldades y travesuras no tienen límites, tanto en el olimpo de los dioses, como en el mundo de los seres humanos......
En estas líneas se afirma que el cuerpo de tradiciones de la Diáspora abunda en leyendas mitológicas que resultan repulsivas, porque inmiscuyen constantemente a los Orisas en actos impuros, violentos, incestuosos, amorales y vergonzosos de toda ralea.
Resulta insólito que se señale esto como una descalificación a la Diáspora, porque las escrituras nigerianas parecen superar con creces a las escrituras de la Diáspora en imágenes de los orísha cargadas de actos impuros, violentos, incestuosos, amorales y vergonzosos de toda ralea.
Para ejemplificar esto, a continuación compartimos con ustedes el texto de una historia del cuerpo de tradiciones de Ifá que pertenece a escrituras nigerianas.
Óddu Ifá: Ejelemere (Iréte Mélli)
De cuando Eji Elemere vino al mundo
Después de adquirir el secreto de la prosperidad, Eji elemere decidió que había llegado el momento de venir al mundo, fue a ver dos sacerdotes de Ifá llamados: Eji wewewe, Ogbojo y Ojo giiri oun gbati ba owuro. Estos fueron los dos awó que hicieron adivinación para él. Ellos le aconsejaron que hiciera sacrificio para evitar problemas a la hora de tener hijos en la tierra, se le dijo que sirviera a su Ifá con un chivo y que le diera macho cabrío a Esu. Eji elemere hizo rápidamente el sacrificio y partió hacia el mundo. Al llegar a la tierra fue a un pueblo llamado Oke mesi, donde practicó el arte de Ifá. Prosperó pero no tuvo hijos, posteriormente se casó con una mujer que parió una hembra, no obstante él estaba ansioso por tener más hijos. Un día decidió consultar con su Ifá acerca del por qué no podía tener un varón, ya que por otro lado, él había prosperado tanto que acostumbraba realizar eleborados sacrificios durante la fiesta anual de su Ifá. Él invitaba a todos los awó de los alrrededores para que participaran en la fiesta.
Después de la adivinación, Ifá le dijo que hiciera sacrificio con un ciervo entero (Agborin en yoruba, Erue en bini)
Como él no era cazador, viajó a la aldea cercana de Ufo donde solía practicar su arte de Ifá, siendo esta su base.
Al llegar a la aldea conoció a una mujer llamada Kporoye, la cual estaba casada, pero no tenía hijos, y vino por adivinación para saber lo que tenía que hacer para parir. Él hizo adivinación para ella y le aseguro que tendría hijos si ella podía hacer el sacrificio con una gallina y un conejo. Rápidamente la mujer obtuvo el conejo y la gallina para el sacrificio a Ifá, y preparó el conejo para ofrecerlo a los ancianos de la noche. Le dijo a la mujer que depositara el sacrificio cerca de un hueco abierto y que lo hiciera de noche. Después de realizar el sacrificio para ella, él salió para el monte con el fin de obtener algunas hojas para su trabajo, y llevó consigo su espejo de cristal mesmérico. Mientras recogía algunas hojas, vio a un ciervo en la distancia mediante su espejo, y le conjuró para que viniera hacia donde él estaba, para poderlo atrapar, era este un ciervo muy grande. El animal obedeció a la orden y fue atrapado. Tan pronto como el ciervo comprendió que se hallaba en peligro, comenzó a luchar con su captor, y en la batalla que siguió ambos cayeron en un profundo hoyo, y dentro de este encontraron una serpiente larga que también habia caído allí. Una vez dentro del hoyo, él pudo matar al ciervo con un madero, pero no lo podía sacar hasta la superficie. Gritó pidiendo ayuda, pero nadie le escuchó, y tuvo que pasar la noche dentro del pozo.
En la mañana siguiente miró a su espejo, y vio un grupo de niños pequeños que iban camino al bosque para revisar sus trampas. Entonces él les gritó, y cantó así:
Omode ude moya gbamila atano abo
Aaritiye aaritimu ela ninu olofin yi
Ela ninu olofin yii oko.
Cuando los niños escucharon este canto, que era una llamada de auxilio, fueron al hoyo a mirarlo. Se preguntaron qué podían hacer para ayudarle a salir de allí, y se marcharon frustrados.
Llegada la hora en que los adultos salían hacia sus granjas, cuando les vio a ellos, nuevamente cantó:
Agba udo moya gbamila
Agba udo moya gbamila.
Su canto atrajo a los hombres, los cuales vinieron a mirarlo, y cuando le vieron se burlaron preguntándole por qué un doctor que era capaz de salvar a otros no podía salvarse a sí mismo del hueco. Ellos le ridiculizaron utilizando las palabras con las que él siempre les estaba pidiendo que hicieran sacrificio con gallinas, chivos y machos cabríos, y se marcharon sin hacer el esfuerzo por sacarlo de allí.
Después llegó la hora en que las mujeres iban al mercado, y él las vio por el espejo, y cantó:
Obinrin udo moya gbamila
Obinrin udo moya gbamila
Al oir ellas sus gritos de auxilio, se acercaron al hoyo y lo reconocieron, y ellas también le dijeron que si él era tan eficiente como decía ser, no debería necesitar la ayuda de alguien para salir de allí. También le ridiculizaron, hablándole de toda la carne y el dinero que él habia tomado de ellos en el pasado, y se alejaron sin tenderle la mano.
Más tarde pasó Kporoye, a quien él le había aconsejado depositara el sacrificio cerca de un pozo, y venía a cumplir con lo que él había dicho. Él la vio a través del espejo, después de colocar su sacrificio, ella ya se disponía a marcharse, cuando él le cantó:
Kporoye omon a balu udu omun ekpo yere otikpa ikon gba mila.
Ella escuchó el canto, regresó al hoyo, y viéndole, le preguntó cómo había llegado hasta allí. Él le explico que cayó tratando de capturar al ciervo que necesitaba para hacer el sacrificio, le pidió a ella que le ayudara a salir de allí. Ella le dijo que no tenía con qué ayudarle a salir de allí. Él le dijo que se quitara la banda que envolvía su cabeza y lanzara un extremo al interior del hoyo, pero la misma aún no llegaba al fondo. Entonces él le hizo un conjuro a la banda para que se estirara hacia abajo, y esta obedeció su orden hasta que él la pudo sostener. Lo primero que hizo fue amarrarla a la pata del ciervo muerto. La mujer preguntó si ella podría sacarle a él y al ciervo, pero él insistió en que no saldría sin el ciervo. Entonces él nuevamente cantó.
Cuando ya casi salían por completo del hoyo, la pata del ciervo que estaba atada a la banda, se separó del cuerpo, y este volvió a caer hacia abajo. Al mismo tiempo Kporoye cayó de espaldas, y la ropa que llevaba se le rodó del cuerpo, quedando desnuda. La vista de la mujer desnuda fue demasiado para que Ejiede pudiera resistir. De inmediato se abalanzó sobre la mujer, la cual le recordó que estaba prohibido hacer el amor con los cuerpos desnudos sobre la tierra. Entonces él se separó y recogió suficientes hojas de ahe para preparar una cama provisional, y procedió a hacerle el amor. Molesta porque Ejiede se había aprovechado de ella después que ella le había ayudado, la mujer le dijo que recién le había terminado su menstruación. Él le dijo que no se preocupara, porque ella iba a quedar embarazada despues de este incidente, y que daría a luz a un varón, no obstante, antes de separarse la mujer insistió en saber cómo verlo a él en caso de que fuera verdad lo que él decía. Ejiede le informó a la mujer que él era de un lugar llamado Okemesi, y su casa tenía las paredes forradas con material de tenil de negro. Agregó que había un cadáver humano seco en la puerta de su casa, y que había un árbol en la entrada principal de su caserío, el cual era famoso por producir semillas de corona en su copa, cuentas en el tallo y corales en sus raíces, y que este árbol se llama Okporo kporo. Después que él ofreció ésta información, tomaron por caminos separados.
Al llegar a su casa, Ejiede utilizó la pata del ciervo para servir a su Ifá. Por su lado, Kporoye no tuvo el período a fin de mes, y quedó embarazada. Ella era la hija del oba de Ijero. En ese tiempo ella también estaba casada con el oba de Iya, que era donde vivía. Para cualquier persona era dificil creer que ella podía quedar embarazada otra vez porque ya había pasado su edad de tener hijos, sin embargo, llegado el momento dio a luz a un varón que era en su parecido, la copia de Eji elemere. El esposo estaba tan contento de que Kporoye le habia dado un hijo, que le otorgó a ella el privilejio de darle un nombre, y ella le nombró Olomo.
El niño comenzó a crecer, y cuando alcanzó la edad de razonar, ella le contó cómo él había nacido, para sorpresa de los niños de su edad, tenía el hábito de entonar el tipo de cantos de su padre, a quien nunca había conocido. También tenía el hábito de recoger hojas de los alrrededores, al igual que su padre y sus compañeros de juego, siempre se estaban burlando de él por imitar al sacerdote de Ifá que una vez había visitado al pueblo. En una ocasión cuando llegó a su casa le preguntó a su madre que quién era su verdadero padre, a la luz de lo que toda la gente decía. La madre le dijo que aún era muy joven para que se le contara toda esa historia, sin embargo, cuando él insistió en conocer la verdad, ella le narró la historia de cómo había quedado embarazada, le dio la descripción de la casa de su padre en el pueblo de Okemesi, y le contó cómo ella lo había conocido. Al conocer la historia de su nacimiento, él insistió en que su madre debía de inmediato llevarle a la casa de su padre.
La mujer no tuvo otra opción que obedecer. A la mañana siguiente salieron de viaje a Okemesi para buscar a Ejiede. El viaje al pueblo implicaba un riesgo de atravesar un bosque que estaba custodiado por tres bandidos. Uno de los bandidos vivia en Ado ekiti, lugar de donde el padre de Kporoye era el oba, el segundo bandido vivia en Okemesi de donde era Ejiede, y el tercero vivia en Iya que era donde Kporoye estaba casada, y sus nombres eran:
Ikpata ule ado
Efifo kelo enon ijero
Amonita monide kesemi la ale ugopuun
Ellos eran los reyes de esos bosques.
Cuando madre e hijo llegaron al bosque, fueron capturados por los bandidos, uno de ellos sugirió matarlos, pero los otros dos rechazaron su propuesta. El bandido que era del pueblo donde ellos habían partido, quiso venderlos como esclavos, y repartir las ganancias por igual entre los tres, el otro quería venderla a ella como esclava, y el que vivía donde Ejiede eligió vender a Olomo como esclavo.
Durante ese tiempo, Orunmila no tuvo más hijos. Cuando llegó el momento de la fiesta anual, le entregó dinero a su esposa para que le comprara un esclavo con el fin de utilizarle como sacrificio a su Ifá, junto con otros animales. Cuando su esposa llegó al mercado, vio a Olomo, quien aunque era pequeño de estatura, tenía sin embargo ben cuerpo, y lo compró.
Cuando Olomo estaba llegando a la casa con la mujer que lo habia comprado, vio el árbol lleno de coronas y coral a la entrada del caserío en la cual penetraban. Cuando llegaron a la casa, él también vio el cadáver humano seco atado a la entrada de la puerta pintada con material megro añil. Olomo estaba convencido de que esta era la casa de su padre, ya que se ajustaba a la descripción que su madre le dio.
Cuando Eji elemere vio al niño esclavo, se lo entregó bajo custodia a una mujer mayor que vivía cerca de su casa. La mujer debía cuidarle durante siete días que durara la festividad. En la mañana siguiente, Eji elemere salió al bosque a recolectar las hierbas y otros instrumentos para la celebración que se acercaba.
La mujer que cuidaba al niño le entregó un montón de granos para que los partiera. Este incidente explica por qué no se permite partir granos de palma en una casa donde se esté celebrando una iniciación de Ifá.
Mientras el niño partía los granos, comenzó a entonar un canto en el que narraba los acontecimientos que había dado lugar a su nacimiento, tal y como su madre se los había contado. Cuando la mujer que le cuidaba escuchó el canto, ella decidió contarle a Eji elemere, y al regreso de este del bosque, ella le puso al corriente del canto del niño esclavo. La mujer le propuso a Eji elemere que al día siguiente se escondiera, después de fingir que abandonaba la casa, de manera que pudiera escuchar el canto del niño.
En la mañana siguiente él abandonó la casa con el pretexto de que iba al bosque, no obstante regresó por la parte del fondo, y mientras tanto al niño se le dio una porción de granos para que los partiera, y cuando empezó a hacerlo, nuevamente empezó a cantar...
Mi nombre es Olomo, mi madre se llama Kporoye
hija del Ajero kin osa, en la tierra de Ijero
casada con Ewi de Ado
Mi madre Kporoye me contó
la historia de cómo en la búsqueda de un hijo
la llevó por adivinación a Ado
donde conoció a un sacerdote de Ifá
quien hizo adivinación y sacrificio para ella
cuando ella fue a depositar el sacrificio
cerca de un pozo, escuchó un distante grito de auxilio
miró y era el sacerdote de Ifá que había hecho el sacrificio para ella,
el que se encontraba dentro del pozo.
Mientras lo ayudaba a salir del hueco
ella cayó al suelo y su gloria femenina quedó expuesta al sacerdote de Ifá
quien no pudo resistir al llamado de la naturaleza
cayó sobre ella y le hizo el amor.
Mi madre Kporoye, desde entonces no ha visto al sacerdote de Ifá
pero de acuerdo a la predicción de que el acontecimiento fortuito produciría un varón, yo nací de Kporoye en su edad avanzada
en el momento en que nadie esperaba que ella tuviera un hijo
aunque el esposo de mi madre
el oba de Ale Ugotun
me aceptó como su hijo
la sangre de mi verdadero padre corre por mis venas
y el hecho de que yo estuviera entonando cantos y recolectando hojas
como se dijo que mi padre tenía el hábito de hacer lo mismo
hizo que mis compañeros de juego me pusieran apodos burlones
Un día enfrenté a mi madre para que me contara la verdadera historia de mi nacimiento
Ella me dijo que mi padre procede de la tierra de Okemesi
y que la entrada de su casa tiene un árbol que produce dinero
las ramas y el follaje producen coronas
el tronco produce cuentas
y las raíces corales.
A la entrada de la casa hay un cadáver seco de ser humano.
Luego de oír la historia insistí en ver a mi padre
y en nuestro camino hacia Okemesi
fuimos apresados por tres bandidos
y vendidos por separado como esclavos
Me lamento porque nunca pordrá ver a mi padre
aún cuando muera como esclavo
ahora puedo estar seguro de que sí al fin he llegado
a la tierra y a la casa de mi padre.
La descripción ofrecida por mi madre
me asegura que a la casa a la que fui vendido finalmente como esclavo
y donde ahora raspo estas semillas de palma
es ciertamente la morada de mi padre
Eji elemere de Okemesi
si yo muero dentro de seis días
ya no será en vano
porque he venido a morir en el regazo de mi padre.
Mientras Eji ede escuchaba el patético canto del niño esclavo, lloraba y se preguntaba si el muchacho era el producto de su relación amorosa accidental cerca del pozo en el que él había caído años atrás, mientras buscaba un ciervo con el cual realizar sacrificio a fin de poder tener un hijo.
Se dirigió entonces al aposento donde ordenó que el niño fuera llevado ante él para que entonara el canto que acababa de escuchar a escondidas.
Ordenó al niño bajo amenaza de muerte instantánea que entonara el canto una vez más. Aún de rodillas, el niño cantó nuevamente, esta vez entre lágrimas, y luego de escuchar el estribillo del canto, Eji ede decidió comprobar la veracidad de su historia.
Ordenó que se preparara un gran fuego, y cuando las llamaradas se dirigían hacia el cielo que lo cubría, le dijo al muchacho que caminara hacia las llamas, luego de haberle frotado el cuerpo con polvo de adivinación.
Él conjuró al fuego para que consumiera al niño si este estaba contando una historia falsa, pero para que frotara su cuerpo con el yeso de la victoria si verdadadeamente era su hijo. Sin vacilación alguna el niño caminó hacia las llamas, y bailó y cantó en el interior del fuego hasta que este se extinguió por completo.
A pesar de la milagrosa hazaña, Eji elemere aún no estaba satisfecho. Él había preparado una olla de agua hirviendo dentro de la cual lanzó al niño con un ritual similar, cuando se encontraba en la olla de agua hirviendo el niño empezó a cantar:
Omo are omi tuto
Que quiere decir: el agua caliente se ha vuelto fría.
Mientras cantaba y bailaba dentro de la olla de agua hirviendo, y finalmente le pidió a su padre que lo sacara porque tenía frío, entonces éste lo abrazó y sintió que su cuerpo estaba frío.
Alegremente exclamó que al fin tenía un hijo, y lo aceptó como su hijo verdadero.
Posteriormente el día de la fiesta llegó y todos los awó de los alrededores se reunieron.
Antes de esto Eji elemere le habia dado un macho cabrío a Esu, quien entonces influyó en el ejecutor tradicional de la ceremonia, cuando el momento de ofrecer el sacrificio llegó. El niño había sido amarrado en espera de su ejecución. Pero el ejecutor, bajo la influencia de Esu, quien sabía que el niño era en realidad hijo de Orunmila, melló la hoja del cuchillo para que este no pudiera cortar el cuello del niño. El ejecutor desistió, alegando que Ifá le había negado aceptar la víctima.
Entonces desató al niño, lo hizo ponerse de pies, y emplazó a los awó a que lo compararan con el anfitrión de Eji elemere para que se viera si había o no un gran parecido entre ambos. Los awó así lo hicieron, y reconocieron el gran parecido entre ambos, entonces acordaron que el niño debía de ser liberado y entregado al padre de inmediato.
Entretanto la divinidad llamada Egi, cuyo papel era llevar al cielo los cráneos de las víctimas decapitadas, había arribado para realizar su tarea, y entonces los awo le cantaron:
Egi kogbori eku, ori eku lomagba
Mama gborie nio Egi mogbo rieja
Ori e ja lomagba mama gbori enio
Egi ogbori eron ori eron loo managba
Mama gborienio
Los awo tocaron las cabezas del padre y el hijo con el cráneo de cada animal, y después de esto Egi partió hacia el cielo. Entonces Eji elemere sacó sus instrumentos de autoridad (ase) y proclamo que a partir de ese momento no se ofrecerían más seres humanos en el Ifismo.
Cuando la ceremonia hubo terminado, Eji elemere preguntó a su hijo por el paradero de su madre, y este le contó que había sido vendida como esclava en el pueblo de su padre. Rápidamente Eji elemere decidió ir en busca de Kporoye para traerla a casa, y que viviera para siempre con él.
El padre de Kporoye, el Ajero de Ijero también ofrecía sacrificios humanos en sus fiestas anuales, y él había ordenado igualmente que un esclavo fuera utilizado para el sacrificio ese año. Coincidentemente, el mensajero que fue al mercado también compró a Kporoye para el padre de ésta. El oba había olvidado que alguna vez había tenido una hija.
Cuando fue traída al palacio del padre, se le ordenó que limpiara la casa en preparación para la fiesta. Mientras restregaba el piso, ella comenzó a cantar la historia de su vida, de cómo había abandonado su hogar, dónde contrajo matrimonio, con quién se había casado, cómo había obtenido un hijo, y cómo había sido apresada por bandidos y vendida como esclava.
La mujer que estaba cuidando a la esclava llamó al oba para que escuchara el canto, y después de escucharlo, el padre la llamó por su nombre Kporoye, y ella respondió. Despues el padre llamo a la madre de esta para que la identificara. Cuando ambas se vieron comenzaron a llorar, regocijándose de la reaparición de una hija que desde hacía mucho habían dado por muerta. Inmediatamente fue liberada y vestida como una princesa. El Ajero también proclamó que desde aquel día ya no haría más sacrificios de humanos en su reino.
Mientras tanto, la princesa Kporoye dijo a sus padres que mucho deseaba encontrarse con el padre de su hijo, y encontrar a su hijo. En ese mismo momento Eji elemere habia partido de su pueblo en busca de Kporoye. Él se vistió con harapos, y esperó a un lado del camino. En su ruta hacia el río, Kporoye vio a Eji elemere y le reconoció enseguida, a pesar de las ropas que vestía.
En otra ocasión él se disfrazó de vendedor de leña, y Kporoye lo vio y le reconoció nuevamente cuando regresaba con sus esclavos de la granja. Pero en ambas oportunidades, ella se resistió a la tentación de dar rienda a su entusiasmo.
Después de lo anterior, Eji elemere se internó en el monte, preparó hojas de palma y se disfrazó con ellas, y comenzó a danzar en direccion de Ijero: Cuando el Ajero y sus familiares vieron al enmascarado, éste se acercó a ellos, y al verle Kporoye, ella dijo a sus padres que se trataba de Orunmila. Pero ellos discreparon porque Orunmila no tenía el hábito de enmascararse. Luego de observarlo desde un lugar distante durante largo tiempo, Kporoye salió al jardín de sus padres para contemplar al enmascarado, y este se le acercó danzando, y al llegar a su lado la capturó y escapó con ella. Tan pronto como estuvieron fuera de la vista de los demás, Eji elemere se despojó de su máscara y se identificó ante Kporoye, rogándole se marchara con él a su hogar.
Al fin de evitar ser atacado por el camino, él vistió a Kporoye con la máscara, y la siguió como escolta hacia su pueblo.
Cuando llegaron a su casa de Okemesi, Eji elemere le quitó la máscara a Kporoye y ésta abrazó a su hijo Olomo, quien después salió a jugar con los niños de su edad, para celebrar la reunificación con su madre.
Transcurrieron algunos días antes de que la gente del pueblo se diera cuenta de que Eji elemere había tomado una segunda esposa. Kporoye se estableció con él y tuvo otros cinco hijos, además de Olomo. Una vez que la familia estuvo unida en su totalidad, desde entonces vivió una vida próspera.
Fin.
Otra más:
Oddu Ifá: Ógbe Yóno (Elliógbe - Oggúndá)
Orunmila hace elogios a la paciencia
Orunmila dice que para poder seguir sus caminos hay que aprender el arte y la eficiencia de la perseverancia. Él dice que la medicina y los preparados diabólicos pueden fallar, pero la paciencia es tan constante como la existencia del cielo y la tierra.
La paciencia requiere del dominio sobre uno mismo y de la habilidad de resistir la tentación para poder vengar la maldad.
Si uno es ofendido por la acción determinada de los demás, no se espera que uno reaccione por medio de la venganza, sino que deje el juicio a las divinidades, las que seguramente intervendrán a favor de la justicia.
En cualquier caso la gente está expuesta a incomodarse tan a menudo como le es posible, pero no se debe permitir que ese carácter irascible se extienda por más de una noche, porque el calor del agua hervida no dura desde el anochecer hasta el amanecer.
Aunque Orunmila nunca perdona a los que seducen a su esposa, él es estoico en cuanto a su actitud con relación a la seducción. Cualquiera que seduzca a su esposa, así como la esposa que permite ser seducida a sí misma, paga costosamente al final, por la transgresión cometida por ellos.
Ewure, esposa de Orunmila, gustaba decirle a su esposo que ella tenía muchos admiradores, y más atractivos que él. Un día llegó a desafiarle diciéndole que un admirador había estado coqueteando con ella durante algún tiempo, y que si él no le permitía a ella cohabitar con ese hombre, ella lo abandonaría para casarse con él.
Alamina ajaminagun emietiri Eyiteemaari looni yiotutire miilo adifa fun apetebi Orunmila nijo toun lofe ale.
Ese es el nombre del awo que adivinó para la esposa de Orunmila cuando ella quiso coquetear con su amante. Cuando Orunmila se confrontó con el ultimátun de permitir que su esposa coquetera con el hombre, él le dijo que ella era libre para invitar a su amante a la casa, en vez de correr el peligro de poner a riesgo su vida, comprometiéndose en infidelidades secretas.
Ella se preguntó si existiría algún hombre capaz de desafiar la rojura de los ojos de él, para seducirla.
Entonces ella se vistió y fue a la casa de su amante, y lo invitó a su hogar matrimonial. El hombre nunca sospechó que Apetebi era la esposa de Orunmila. Al llegar a su casa, el amante fue invitado por Orunmila a disfrutar de la comida que él habia preparado. Orunmila había vestido su cama, y le hizo señas a su esposa para que se acostara con el amante, mientras él se iba a dormir a otro cuarto. Después de acostarse, la mujer acarició a su amante para hacer el amor. Después de vacilar durante algun tiempo, el hombre rehusó tener sexo con ella, argumentando que no conocía cuáles eran las intenciones del marido.
Antes del amanecer el amante salió huyendo, pero no antes que Orunmila hubiera ido a buscar agua al río para que su esposa y su amante tomaran un baño. Después de eso, él salio a visitar a sus amigos, y cuando Apetebi comprendió que fue por temor a Orunmila que su amante se negó a hacer el amor, ella salió en la mañana a trenzar su pelo, con un peinado llamado shuuku, que tenia dos tejidos perpendiculares. Y después de eso, abandonó la casa para instalarse con su amante.
Pasó tres años con su amante, y Orunmila nada hizo para mostrar ira, entretanto, las otras deidades comenzaron a ridiculizar a Orunmila por falta de valor para luchar contra el amante.
El seductor resultó ser Sampana, la divinidad de la epidemia. En el tercer aniversario de la seducción, vino a él Oggun y le acusó de ser un idiota. Él replicó preguntándole a Oggun si él estaba molesto como resultado de la acción de su esposa. Oggun replicó diciendo que si alguna deidad lo ofendiera a él de esa manera, él reaccionaría con la fiereza de un león. Orunmila le pidió a Oggun que peleara en nombre de él, si acaso sentía que su cólera era irresistible. Oggun le preguntó a Orunmila cuál sería su recompensa si él forzaba a su esposa a regresar a casa. Orunmila contestó que él le recompensaría con el ofrecimiento de un gallo.
A la noche siguiente Oggun esperó a que la mujer se quedara dormida antes de lanzar el ataque. Se trasladó al dormitorio de la mujer y la golpeó en la cabeza. Al instante le comenzó un dolor de cabeza muy agudo, el dolor se volvió tan grave que cuando la mujer cayó en coma, Sampana fue por adivinación, le dijeron que presentara un gallo a su anterior esposo. A la mañana siguiente, él le llevó un gallo a casa de Orunmila, el cual Orunmila ofreció a Oggun por el trabajo que había hecho. La mujer mejoró, pero no regresó a la casa de Orunmila.
Pocos días después, Sango vino a molestar a Orunmila por no haber usado sus poderes para hacer regresar a su esposa a casa. Una vez más él le dijo a Sango que se enfadaría si Sango demostraba que él también estaba molesto. Sango confirmó que no solo estaba molesto, también estaba avergonzado de Orunmila. Orunmila le dijo que hiciera lo que él pudiera para demostrar su ira. Sango le preguntó cuál sería su recompensa. Orunmila prometió ofrecerle un gallo, y Sango salió hacia la casa de Sampana.
Por la noche las nubes se congregaron y Oya, mujer de Sango, convirtió la luz en relámpago para que Sango pudiera ver a la esposa de Orunmila. Sango entró en la casa de Sampana, y rugiendo sobre el pecho de la mujer, le provocó un infarto, quedando ella inconsciente. Una vez más Sampana fue por adivinación, y le dijeron que tenía que enviar un segundo gallo al esposo anterior de su mujer. Sampana fue con el gallo a Orunmila, que este a su vez ofreció a Sango.
La mujer se mejoró, pero no volvió con Orunmila. Las deidades estaban feroces por haber agotado sus capacidades en vano. Había llegado el momento en que Orunmila reaccionaría con sus poderes. Entonces invitó a Esu, su árbitro favorito, lo recompensó con un gallo para que trajera de vuelta a Apetebi, si salvaba su dignidad divina. prometiéndole además, un macho cabrío después de regresar a la infiel a su casa.
Esu fue al dormitorio de la mujer por la mañana, le amarró las manos, los pies, la garganta y el pecho, y la golpeó en la cabeza.
Por la mañana, Sampana vio que su esposa estaba aparentemente dormida. Pero ya bien entrado el día ella aún no despertaba, entonces al ir a verla, la encontró inconsciente.
Él hizo todo lo posible por despertarla, pero ella no se movía. En ese momento Sampana se dio cuenta que estaba librando una batalla en la cual no tenía posibilidad alguna de vencer, y decidió escapar de la casa, después de lo cual buscó a la madre de Apetebi y le dijo que fuera a recoger el cadáver de su hija. Entonces él se adentró corriendo en el bosque, donde permanece hasta hoy día.
Por su parte, la madre de Apetebi, llevó el cuerpo de su hija donde Orunmila y le pidió por su salvación. Orunmila le dijo que hiciera ofrecimiento de un chivo a Esu, y después de que se hizo este sacrificio, Apetebi recobró su conciencia.
Entonces Apetebi se arrodilló, y pidió a Orunmila ser disculpada. Mientras lo hacía, Orunmila la apuntó con su vara de autoridad (uranke), y le dijo:
Ewure, tú has deshonrado mi masculinidad y mi dignidad divina, desafiando mi autoridad como esposo tuyo. Te ha tomado tres años arrepentirte de tus actos, y lo haces solo ahora, porque te encuentras entre la vida y la muerte.
De ahora en adelante pisarás sobre el suelo con las manos y los pies, y el peinado que llevabas cuando me abandonaste, se transformará en cuernos sobre tu cabeza.
Ewure pidió perdón gritando:
Moobee, moobee, moobee.
Luego, Ewure se transfiguró en la cabra que los yoruba llaman ewure, en nombre de la infiel esposa de Orunmila. Y su llanto es el mismo de la cabra de hoy día.
Fin
Las dos narraciones anteriores no pertenecen al cuerpo literario de la Diáspora, pertenecen a escrituras de Ifá nigerianas.
Leyéndolas se puede entender por qué decimos que resulta insólito que se señale como un demérito de la Diáspora, que su cuerpo literario contiene leyendas mitológicas que inmiscuyen constantemente a los Orisas en actos impuros, violentos, incestuosos, amorales y vergonzosos de toda ralea.
De manera que nuevamente se puede entender, que en este primer cuestionamiento hay una animosidad predispuesta contra la Diáspora cubana.
3 (...)
Resultan repulsivas las leyendas mitológicas que se repiten incesantemente dentro del seno de algunos sincretismos, las que inmiscuyen constantemente a los Orisas en actos impuros, violentos, incestuosos, amorales y vergonzosos de toda ralea, como son los casos de un Obatalá irresponsable capaz de emborracharse con vino de palma en pleno cumplimiento de su labor creadora, cuya negligencia -entre otras-, trajo como resultado las imperfecciones físicas y mentales de los seres humanos. Un sanguinario y diabólico Ogún cortando cabezas a diestra y siniestra, masacrando desmedidamente a pueblos enteros disfrutando del genocidio y del olor de la sangre de sus víctimas. Otra inmoral faceta del mismo Orisa intentando violar a su madre Yemú o Yembó, traicionando a su vez, a su padre Obatalá. Los hermanos Sangó y Ogún combatiendo eternamente a muerte por el amor de una mujer, su hermana Oyá. Un Orunmila sectario e injusto decretando el cese de los sacrificios humanos porque un día le correspondió el turno a Él de perder la vida de una hija suya por medio del sacrificio. Sangó haciendo el amor con sus hermanas Osún y Oyá. El Orisa Obi despreciando a los pobres y miserables de la Tierra. Un demoniaco Esu cuyas maldades y travesuras no tienen límites, tanto en el olimpo de los dioses, como en el mundo de los seres humanos......
Primero:
Quienes hicieron posible la redacción de estas líneas, deberían en primer lugar, recordar, o conocer:
- Que la moral de los individuos está sujeta a la moral de la sociedad que el individuo integra
- Que la moral de los individuos está sujeta a los principios y valores que el individuo representa
- Que la moral social cambia de acuerdo a las épocas históricas
De acuerdo a esto que se acaba de recordar, o de dar a conocer, hoy se consideran amorales o inmorales, conductas que en un tiempo pasado eran parte de la moral de la sociedad.
El canibalismo era práctica común en la sociedad de muchas culturas del pasado. Los prisioneros de guerra eran devorados. Era moral hacerlo.
La poligamia era práctica común en la sociedad de muchas culturas del pasado, y aún se conserva como una práctica moral en más de un lugar. Un ejemplo de sociedad polígama se encuentra precisamente en la cultura yoruba.
Y la poligamia generalmente no es excluyente de la condición de hermanos, pues un hombre podía desposar a dos hermanas.
Y fue moral quemar a las personas por practicar artes mágicas.
Y fue moral hacer ejecuciones públicas, en la plaza del pueblo, y todo el que podía estar presente, allí estaba, hasta los niños iban a presenciar el ahorcamiento, o la cabeza rodando tras el golpe de hacha del verdugo.
Recientemente fue liberada de la sentencia de muerte a una mujer por adulterio. Iba a ser lapidada, o sea, apedreada hasta verle morir, por adulterio. Y esto sucedió en Nigeria, el país donde la Religión Yoruba Tradicional trata de erguirse como líder de la Ósha-Ifá en el mundo, desconsiderando que la Diáspora tiene el liderazgo desde hace siglos. Pero esto es otro tema...
El caso es que ese acto que pudo ser evitado, aún hoy es considerado moral en ese lugar, lo suficiente para que sea ley.
En fin, quienes hicieron posible la redacción de estas líneas deberían reconocer que la moral es algo relativo. Porque:
- Está sujeta a los patrones de conducta que se consideran morales por cada sociedad
- Está sujeta a los principios y valores que el individuo representa
- Cambia de acuerdo a las épocas históricas
Segundo:
Quienes hicieron posible la redacción de estas líneas deberían profundizar en la cultura universal, y hacer estudios comparativos de cultos religiosos en el mundo entero, para que se concedan la oportunidad de sorprenderse primero, y de investigar para saber por qué, después, casi todas las religiones del mundo que poseen una mitología, conservan historias legendarias, patakí ancestrales, donde los dioses son los manifestadores divinos de conductas ejemplares, así como de conductas reprochables.
La intencionalidad detrás de esas elaboraciones, radica en acercar a Dios al hombre, acercar la Divinidad a la persona humana.
¿Cómo así?
Se trata de aspectos programáticos que mediante estas historias fueron codificados en la mentalidad humana.
Estas narraciones envían un mensaje básico que se desglosa en una secuencia de mensajes derivados y relacionados.
Mensaje 1
En la abrumadora mayoría de los patakí o narraciones del sistema de Ósha-Ifá de Cuba, los orísha que exhiben conductas reprochables, protagonizan un relato donde interviene una jerarquía más elevada y propicia la corrección, o interviene una entidad orísha de importancia similar, o sea, de jerarquía homóloga, y es por intermedio de esta otra deidad que se propicia la corrección y se restaura el equilibrio, el orden y la armonía, o hacen ebbó, pues se ven obligados a hacer los sacrificios necesarios para modificar las consecuencias no deseadas que provocaron sus propias conductas.
Mensajes implícitos:
El hombre puede recibir la corrección de Orísha.
El hombre puede recibir la corrección del hombre.
El hombre puede recibir la corrección de un jerarca.
Las múltiples oportunidades previstas en el Plan de Dios.
El valor del ebbó, el valor del sacrificio para transmutar condiciones.
Mensaje 2
El hecho de que las deidades exhiban conductas reprochables, indica que la perfección es un camino evolutivo, que no es un estado final, que los dioses son perfectos comparados con la relativa imperfección humana, pero aún imperfectos en comparación con jerarquías más elevadas.
Mensaje 3
El hecho de que las deidades exhiban conductas reprochables, indica que el hombre no debería desanimarse cuando reconoce que tiene limitaciones, pues también las tienen los dioses, también las tienen entidades ubicadas lo suficiente elevadas por encima de la elevación del hombre, como para ser consideradas dioses.
La intencionalidad es acercar la imagen de la divinidad al hombre.
4 (...)
La mitología con sus leyendas y fábulas fantásticas, está muy unida al folclore y a las tradiciones legendarias y fantasiosas de muchos pueblos, y aunque en la antigüedad era la base argumental fundamental de las tradiciones religiosas y culturales de esos pueblos, con el paso del tiempo -unido al avance de la civilización en las sociedades modernas-, los primitivos conceptos mitológicos se han ido sustituyendo por formas más racionales del pensamiento cuando éstos tienden a justificar ideológicamente la existencia de conceptos religiosos. Sin embargo, hoy en día en la mayoría de los países civilizados, cuando la tendencia es a resaltar el folclore, la imaginación y las primeras y más ingenuas manifestaciones de la cultura y sabiduría popular de un pueblo, entonces para ello se recurre a la mitología. En la mayoría de los subsistemas yoruba-católicos afro-americanos los Orisas han sido humanizados hasta extremos a veces desagradables y decepcionantes por el abuso de algunos vulgares pasajes mitológicos.
Con respecto a:(...)
En la mayoría de los subsistemas yoruba-católicos afro-americanos los Orisas han sido humanizados hasta extremos a veces desagradables y decepcionantes por el abuso de algunos vulgares pasajes mitológicos.
Este planteamiento pierde de vista algo que es admitido por importantes tradiciones religiosas del mundo, y algo que es parte de nuestro credo, de nuestra fe, de nuestra creencia.
No se trata precisamente de que los orísha son humanizados.
Se trata de que los humanos fueron hechos a semejanza de los orísha.
Se trata de que el hombre fue hecho a imagen del Dios Creador, conforme a su semejanza.
(Continuará)
Leonel Gámez Awo Orunmila Oshe Niwo
Carlos Montes de Oca Awó Órunmilá Oddí Ká Ebóín Layé

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